CÁNCER DE VAGINA



Nuestro organismo está constituido por un conjunto de órganos, los cuales a su vez están formados por células, que se dividen de forma regular con el fin de reemplazar a las ya envejecidas o muertas y mantener así la integridad y el correcto funcionamiento de los distintos órganos.
Este proceso está regulado por una serie de mecanismos que indican a la célula cuándo comenzar a dividirse y cuándo permanecer estable. Cuando estos mecanismos se alteran en una célula, ésta y sus descendientes inician una división incontrolada que con el tiempo dará lugar a un tumor.
Si estas células además de crecer sin control adquieren la facultad de invadir tejidos y órganos de alrededor (infiltración) y de trasladarse y proliferar en otras partes del organismo (metástasis) se denomina tumor maligno, que es a lo que llamamos cáncer.
Cuando las células tumorales, con capacidad de invadir los tejidos sanos de alrededor y de alcanzar órganos alejados e implantarse en ellos, están ubicadas en la vagina, hablamos de cáncer de vagina. 
El cáncer de vagina es un tumor muy poco común, representando entre el 1-2% de los cánceres ginecológicos.

FACTORES DE RIESGO DEL CÁNCER DE VAGINA
Por lo general, el cáncer de vagina es una enfermedad que acontece en mujeres mayores (a partir de los 60 años), siendo excepcional antes de los 40 años.
Hace décadas se observó que un subtipo del cáncer de vagina, denominado Adenocarcinoma de Células Claras, aparecía en niñas y mujeres jóvenes cuyas madres habían tomado dietilesilbestrol, durante el embarazo. Esta hormona está contraindicada en el embarazo y no se usa desde 1970. Otros factores de riesgo son la infección por el virus de papiloma humano y tener antecedente de adenosis vaginal, prolapso vaginal o carcinoma de cuello uterino.

SÍNTOMAS DEL CÁNCER DE VAGINA

A diferencia de otros tumores, el cáncer de vagina puede comenzar a dar síntomas cuando aún está en fase inicial. 
Los síntomas más comunes del cáncer de vagina:
  • Hemorragia vaginal anormal no relacionada con la menstruación.
  • Dolor pélvico durante el coito.
  • Presencia de un bulto en la vagina. 
  • Dificultad para orinar. 
Estos síntomas también pueden ser debidos a enfermedades benignas. Sin embargo, si aprecias cualquiera de ellos es importante que acuda al ginecólogo para el diagnóstico y tratamiento de su causa.
Antes de asumir que tienes una enfermedad grave, espera a conocer el resultado de las pruebas.

SEGUIMIENTO Y REVISIONES DESPUÉS DEL CÁNCER DE VAGINA
Una vez finalizado el tratamiento es preciso realizar revisiones periódicas. Son necesarias para confirmar que sigues bien, para seguimiento y control de los efectos secundarios del tratamiento y para instaurar, en caso necesario, un tratamiento lo más rápidamente posible.
Incluso tras el tratamiento más completo existe un riesgo de reaparición de la enfermedad. El riesgo de reaparición de la enfermedad disminuye con el paso del tiempo, y está en relación con el estadio inicial.
Las pruebas que habitualmente se solicitan en las revisiones periódicas, tras la realización de una exploración ginecológica minuciosa y en ocasiones se completan con otras pruebas (radiografías, análisis, etc).

1 comentario:

Vivani y Silvana dijo...

Excelente blog y muy informátivo💛

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